El Melocotòn ( del latín malus cotonus, «manzana algodonosa» — hace referencia a la piel de fruto ) o también llamado duraznero (del latín durus acinus, «que tiene la piel dura» — refiriéndose a la piel del fruto)
El Melocotón o durazno, tiene una semilla encerrada en una cáscara dura, el «hueso». Esta fruta, normalmente de piel aterciopelada, posee una carne amarilla o blanquecina de sabor dulce y aroma delicado.
Valoración nutricional:
El Melocotón contiene una mezcla de ambos tipos de fibra (con predominio de la insoluble), que mejora el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento y protege frente al cáncer de colon y la enfermedad cardiovascular.
Aportan pequeñas cantidades de vitaminas, entre las que destaca la vitamina C (con un melocotón se cubren más del 20% de las ingestas diarias recomendadas de la vitamina), y proporciones moderadas de carotenoides como alfa-caroteno, beta-caroteno y criptoxantina.
Su bello color se debe al beta-caroteno, un antioxidante que también da un buen color a nuestra piel, y fortalece uñas, dientes y cabello. Este caroteno también favorece la salud de los ojos.
Entre los minerales, el más elevado es el potasio.
En su composición también presentan cumarinas, compuestos con acción
protectora vascular debida a su capacidad de disminuir la permeabilidad de los
capilares y aumentar su resistencia, lo que beneficia la micro-circulación venosa
mejorando la tonicidad de las paredes. Además, a estas sustancias también se les han
atribuido supuestos efectos anti-cancerígenos.
Porción comestible: 88 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.
Fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas: Fibra, potasio, vitamina C y carotenoides.