Conoce las propiedades del calabacín, una verdura muy común en nuestra despensa, rica y con grandes beneficios. Además podemos consumirla de muchas maneras, el jueves pondremos alguna receta!
El calabacín es una hortaliza de la familia de las Cucurbitáceas. La parte comestible de esta planta es el fruto. El calabacín puede presentarse en diferentes formas, tamaños y colores. La variedad más conocida de calabacín es aquella que tiene forma alargada, piel gruesa verde oscuro y el interior siempre blanco y carnoso.
Necesita de regiones cálidas para poder crecer. Su mejor época es en verano, aunque se consumen durante todo el año.
Entre los beneficios del calabacín, es muy conocido popularmente por emplearse en las dietas para bajar de peso por su baja cantidad de calorías: Sólo aporta 11 calorías cada 100 gramos, ya que tiene un elevado contenido de agua, alrededor del 93% en cada unidad.
Vitaminas
Siempre que se consuma crudo o ligeramente cocido al vapor, destaca su contenido de vitamina C. Un calabacín mediano crudo (250 g) aporta el 60% de las necesidades diarias.
Es significativa la presencia de vitaminas del grupo B, esenciales para la obtención de energía. Importante es la cantidad de ácido fólico, vitamina decisiva para la salud del sistema nervioso y el sistema inmunitario.
Minerales
Además del potasio, que contribuye a regular la tensión arterial y la distribución de líquidos en el cuerpo, el calabacín proporciona tres minerales esenciales para el buen estado de los huesos: calcio, fósforo y magnesio.
Otro mineral presente en dosis significativas es el hierro. Un calabacín de 250 g aporta de media 3,8 mg, que supone el 25% de las necesidades diarias, aunque no se asimilen en su totalidad.
Fibra
En comparación con otras hortalizas aporta una proporción menor de fibra, pero es muy rica en mucílagos, unos compuestos que protegen la mucosa del sistema digestivo y favorecen la flora intestinal beneficiosa.
Son responsables de la buena fama del calabacín como alimento digestivo, indicado en casos de alteraciones como gastritis y estreñimiento.
Para aprovechar al máximo sus propiedades es mejor no pelarlos (es mejor consumirlos de cultivo biológico por esta razón) y en caso de que se cueza, es aconsejable no tirar el agua resultante.
Esta agua se puede reutilizar para hacer sopas o cremas, ya que una buena proporción de las vitaminas contenidas en la piel del calabacín se disuelven en el agua.
Seguramente la mejor forma de comer el calabacín –especialmente el tierno de pequeño tamaño– sea crudo o con un ligero golpe de vapor.
El calabacín se debe comer fresco y es recomendable no guardarlo más de cinco días en el refrigerador, pues se corre el riesgo de que se pierdan todos sus aportes benéficos. Se puede comer crudo en ensaladas, cocido, asado, relleno, a la plancha y guisado con carnes o pescados. El que sí debemos tener en cuenta a la hora de cocinarlo es que puede perder gran parte de sus propiedades nutritivas.
Compra y conservación
En el frigorífico es mejor conservar los calabacines en el cajón de las verduras, en el que se mantendrán en perfecto estado 3 o 4 días. Después su textura se volverá algo flácida, aunque seguirán siendo aptos para el consumo. En ese caso es mejor dedicarlos a la preparación de sopas y cremas o tortillas.
Al guardarlos, conviene también mantenerlos separados de frutas y tomates, ya que estos últimos desprenden etileno, que puede acelerar el deterioro del calabacín.
Otra opción es escaldarlos entre tres y cinco minutos para destruir su carga enzimática, que puede alterarlo, y a continuación introducirlos en el congelador.
Las seis variedades más comunes:
-Minicalabacines. De cosecha muy temprana, se comen crudos en ensalada.
-Verdes. Son los calabacines alargados, típicos del Mediterráneo. Aromáticos, de textura firme.
-Claros. Los Grison son verde claro y con puntos grises, y los Clarita, más blancos.
-Amarillos. Dulces y de textura más blanda. Se utilizan en sopas y cremas.
-Redondos. Se conocen como zapallos en Latinoamérica. Verdes, se prestan para rellenar.
-Calabacín con flor. Una delicatessen. Su piel es muy tierna; la pulpa, firme y fundente a la vez.