La dieta de las personas con síndrome del intestino irritable debe ser personalizada, ya que la tolerancia de cada persona a los diferentes alimentos es variable. Un error común es limitar la dieta de forma innecesaria, por ello es recomendable consultar con un dietista/nutricionista, quien puede ayudar a hacer los cambios necesarios en la dieta. En el caso de que haya que eliminar algún tipo de alimento, es necesario asegurarse de que se obtienen los nutrientes necesarios por parte del resto de la dieta.
A continuación se muestran las recomendaciones y pautas dietéticas comunes para el síndrome del colon irritable y para la hernia de hiato, que ayudan a evitar los síntomas o molestias:
• Realizar una dieta alta en proteínas y baja en grasas.
• Respetar los horarios de las comidas, no saltarlas y comer despacio, dándole importancia a una buena masticación.
• Evitar las comidas abundantes y copiosas, son preferibles comidas más frecuentes (5-6 comidas/diarias) y menos abundantes.
• No ingerir comidas, bebidas y alimentos que generan o contienen gases como: col, garbanzos, lentejas, cebollas, puerros, guisantes, frutos secos y en conserva, ya que pueden generar molestias. En el caso de tomar legumbres, es recomendable que éstas estén bien cocidas, para que sean menos flatulentas.
• Evitar alimentos que desencadenan o empeoran la sintomatología. Pueden ser variables en cada caso, dependiendo la tolerancia de la persona.
• No abusar de los picantes y de las comidas muy condimentadas.
• No tomar café ni bebidas alcohólicas.
• Beber abundante agua, para así complementar y potenciar la acción de la fibra, como para también reponer la deshidratación ocasionada si existe un período de diarrea. Se recomienda beber de 1,5-2 litros de agua al día.
• Evitar el tabaco.
• Es conveniente reposar después de comer y no consumir alimentos después de cenar. Acostarse dos y tres horas después de haber comido o cenado. Realizar ejercicio físico con regularidad, ya que relaja y ayuda a aliviar los síntomas. Existen además, algunas pautas específicas recomendadas a seguir para cada una de las dos enfermedades.
• Incrementar la fibra soluble en la alimentación (pan integral, verdura, fruta con piel) para evitar el estreñimiento. Sin embargo, esto podría no ser de ayuda para el dolor y la diarrea. La fibra insoluble (salvado de trigo, fibra de maíz) no es apropiada para el tratamiento sintomático del estreñimiento. En los casos en que se requiera un suplemento extra puede optarse por los derivados de la fibra vegetal soluble como la Isphagula y el Psylium ya que tienen una buena capacidad de retención de líquido, y por tanto de efecto masa.
• Si lo que predomina es la diarrea evitar los derivados lácteos, café, té y chocolate.
• Disminuir el consumo de fructosa, azúcar que se encuentra sobretodo en las frutas.
• Elegir las frutas más pobres en azúcar y más ricas en pectina como la manzana con piel. No es adecuado tomar zumos de fruta ni néctares.
• Los probióticos pueden mejorar la sintomatología general, ya que ayuda a repoblar las paredes intestinales de la flora natural.
• Reducir en la medida de lo posible el estrés.
ALIMENTOS PERMITIDOS
Leche de almendras
Infusiones relajantes
Agua y zumos naturales
Caldos y sopas de vegetales o carnes, no grasos.
Pastas, patatas cocidas o al horno.
Arroz.
Carnes sin grasa cocidas, al horno o plancha.
Pescados de todos los tipos, no fritos.
Huevos.
Todas las verduras excepto las flatulentas.
Ensalada de lechuga, escarola, tomate.
Frutas (con piel): manzana, pera, plátano.
Pan integral.
Aceite
ALIMENTOS NO RECOMENDABLES
Derivados lácteos, quesos, yogurt, helados
Trigo
Especias
Sopas de sobres
Frutas confitadas
Alimentos procesados
Alcohol, café, té, cacao, bebidas carbonatadas,
Alimentos flatulentos (col, garbanzos, lentejas, puerros, guisantes, frutos secos y en conserva)
Alimentos picantes, pastelería y repostería, carnes grasas y embutidos.